Nunca había oído
hablar de este documento hasta que una profesora en la asignatura de
enfermería maternal nos habló de él. Desde entonces sea por una
cosa o por otra no he dejado de oírlo.Cuando me quedé
embarazada ya tenía muy claro que iba a confeccionar un plan de
parto para que mis preferencias y deseos fueran respetados en el
nacimiento de mi hijo.
La verdad es que
pensándolo bien creo que tiene dos caras, una buena y una mala. La
“buena” es que creo que es muy útil que la mujer tenga un guión
de lo que quiere en su parto según las circunstancias en las que se
desarrolle el nacimiento de su hijo, que le aporte seguridad y
tranquilidad. Y la cara “mala” es que no debería de haber
diferencia entre hacer un plan de parto y no hacerlo. Me explico, en
muchos sitios si no haces el plan de parto, los profesionales no se
ven “tan obligados” a cumplir con tus preferencias o a informarte
de cada paso que sucede en TU parto. Parece mentira pero esta última
situación se da con mucha más frecuencia de lo que pensamos, pero
como esta normalizada pues nos pasa desapercibida.
Por todo ello el
Plan de Parto es un documento que toda mujer embarazada debería
conocer para así poder ser la protagonista del nacimiento de su bebé
y no una mera espectadora.
Hay muchos tipos de
planes de parto, aquí vamos a comentar los puntos más importantes
que debe contener. Dividiremos en varios apartados para así poder
profundizar en cada uno de ellos.
Periodo de
dilatación
Una buena idea para
comenzar es dejar claro quién queremos que nos acompañe durante el
proceso y también si hubiera alguien por quién no quisiéramos
estar acompañadas.
Otro punto
importante del que podemos informar es si tenemos alguna necesidad
especial cultural o del idioma.
En este apartado
podemos dejar por escrito si usaremos nuestra ropa o la proporcionada
por el hospital.
Otro tema muy
importante es la intimidad. En los partos se da por hecho que se
salvaguarda la intimidad de la madre pero es importante también
dejarlo por escrito y pedir que sólo estén las personas necesarias
para así asegurar la tranquilidad de la mujer que va a dar a luz.
Podemos continuar la
redacción de nuestro plan de parto plasmando las preferencias en
cuanto a la asistencia sanitaria (que nos atienda la misma persona en
la medida de lo posible), si queremos enema o no (no se aconseja), si
queremos rasurado de la zona antes del parto (desaconsejado), si
consentimos una vía venosa, si deseamos tomar líquidos durante el
periodo de dilatación (y si no podemos que se nos explique el
porqué).
También aquí
dejaremos por escrito el lugar y la postura en la que deseamos parir,
que se nos permita la movilización y la deambulación.
Otro punto muy
importante es el manejo del dolor, si queremos analgesia epidural o
no, si queremos fármacos intravenosos o no, si deseamos métodos
alternativos de control del dolor (duchas o bañera de gua caliente,
música, masajes, inyecciones de agua estéril …). Podemos también
pedir material adicional como espejos, pelotas, cuerdas (sujetos a la
disponibilidad de cada centro, también podemos traerlos nosotras de
casa).
Concerniente a las
intervenciones en el parto debemos reflejar si queremos
monitorización fetal externa o interna, si consentimos tactos
vaginales (se deben realizar los menos posibles), si aceptamos
fármacos para acelerar el proceso de parto, si queremos una vía
venosa, si consentimos sondaje vesical (desaconsejado, sólo
restringido a necesidad médica) y por último si aceptamos la
amniorrexis o rotura artificial de membranas (rotura de la bolsa
amniótica, no aconsejado a no ser que existan causas médicas).
Periodo expulsivo y
de alumbramiento
Este periodo es
crucial y debe estar todo perfectamente detallado.
Una de las cosas más
importantes que creo que debemos recordar al personal sanitario es
que queremos evitar la episiotomía y que en caso de que sea
necesaria nos pidan consentimiento o mínimo que se nos informe. Os
recuerdo que para ayudar a la distensión del periné hay técnicas
no invasivas como la colocación de paños calientes o respetar
tiempos fisiológicos del parto si no hay urgencia médica.
También dejaremos
constancia que nos opondremos a la maniobra Kristeller en todas sus
versiones, que consiste en empujar externamente sobre el fondo
uterino para “ayudar” a la salida del bebé y que es totalmente
contraproducente (la OMS prohibe su uso) y aunque parezca mentira es
una práctica que se sigue llevando a cabo (en mis prácticas la
dispensaban como churros).
Aquí
especificaremos nuestras preferencias del piel con piel, minimizar
separación del binomio mamá – bebé (separación sólo por causas
médicas justificadas), también si consentimos el aspirado y/o
sondajes en nuestro bebé nada más nacer (totalmente desaconsejado
salvo excepciones).
Expondremos en este punto si también queremos
que se posponga el peso y medida del bebé, si queremos pinzamiento
tardío del cordón (no es viable si queremos conservar la sangre del
cordón) o si pretendemos guardarlo para donar, si queremos que
nuestro acompañante corte el cordón, etc.
Reflejaremos también si
deseamos lactancia materna o no, en el primer caso es conveniente que
se inicie precozmente y sin interferencias.
Por último es
conveniente dejar claro si queremos un alumbramiento fisiológico en
el que sea nuestro cuerpo el que expulse la placenta cuando sea el
momento o si por el contrario consentimos el uso de fármacos y
masajes para ayudar a su expulsión (alumbramiento dirigido).
Cuidados al recién
nacido y puerperio materno
Actualmente se
tiende a separar lo menos posible a madre y bebé pero no está demás
dejar por escrito que deseamos no ser separados de nuestro bebé.
Podemos además pedir que todas las técnicas o procedimientos que
haya que realizarle a nuestro hijo se hagan encima nuestro para así
reconfortar al bebé.
Muy importante
también en este punto aclarar nuestra postura en cuanto a si
consentimos que se le
ponga al bebé la primera dosis de la vacuna de
la hepatitis B (VHB), si consentimos la profilaxis antihemorrágica
con una inyección de vitamina K o de forma oral y si aceptamos la
profilaxis ocular (todo lo anterior es altamente recomendado).
En cuanto a la
higiene del bebé, conviene recordar que no es prioritario bañarle y
que conviene dejarle al menos 24 su vérnix caseosa (la grasita
blanca con la que nacen) ya que les aporta protección (hidrata y es
antibacteriano). Aquí reflejaremos nuestros deseos en cuanto a si
queremos que le bañe el personal sanitario, nosotros, etc.
Por último
indicaremos nuestras preferencias en cuanto a nuestra estancia en la
maternidad con nuestro bebé una vez que hayamos dado a luz. Podremos
demandar realizar piel con piel, colecho, informar de nuestra
preferencia con respecto a la lactancia (materna o artificial) etc.
También si la situación de salud de nuestro bebé y la nuestra lo
permiten podremos solicitar el alta precoz.
Parto por cesárea
En caso de parto con
cesárea conviene, aparte de lo anteriormente citado, dejar claros
nuestros deseos dentro de las posibilidades de la situación:
Quién queremos que
nos acompañe durante la cirugía (en la mayoría de los hospitales
no dejan
acompañantes pero se está convirtiendo en una práctica
cada vez más extendida, mejor informarse en el propio hospital o
clínica).
En cuanto a la
decisión de la anestesia, la anestesia epidural consigue que la
madre pueda ser más partícipe de su parto, tiene menos riesgos y
tanto para la recuperación de la madre como para el bebé es mejor.
Si no hubiera alternativa la anestesia será general.
También conviene
recordar que queremos ver en la medida de lo posible el nacimiento de
nuestro hijo (las que no sean aprensivas, claro) y que nos lo
coloquen lo más rápidamente sobre nosotras al bebé facilitando así
el piel con piel y la lactancia materna en caso de haberla elegido.
Los puntos
anteriormente desarrollados son los que en un plan de parto no deben
faltar para así informar a nuestro equipo médico de nuestros deseos
y preferencias.
Cada uno de los
puntos anteriores debemos pensarlos y repensarlos nosotras y junto a
nuestras parejas para expresar así cómo queremos que venga nuestro
bebé al mundo. Ni que decir tiene que cada mujer es libre de pensar
como piense y que la única función que tiene este documento es que
se respeten sus decisiones.
Por otro lado hay
que ser conscientes de que un plan de parto es una guía a la que los
profesionales sanitarios deben de ceñirse pero que en ocasiones, la
evolución de un parto no atiende a la normalidad y por tanto hay que
llevar a cabo acciones médicas que en un principio podrían ser
contrarias a nuestros deseos expresados en dicho documento, pero que
son necesarias para salvaguardar la salud y seguridad de nuestro bebé
y la nuestra.
Como último apunte
saber que se recomienda encabezar el plan de parto con nuestros datos
personales y con los de nuestra pareja y que siempre es bienvenida
una introducción al hospital donde vamos a dar a luz de porqué les
hemos elegido para traer nuestro hijo al mundo y qué esperamos de
ellos.
Dicho todo lo
anterior, espero que el post haya sido de utilidad y que os ofrezca
un guión para poder elaborar el vuestro. Os dejo el modelo del Plan de Parto que proporciona el Ministerio de Sanidad que si bien es muy sencillo proporciona un modelo para poder confeccionar el nuestro más personalizado. Próximamente subiré el
mío para que tengáis un modelo real.
Un abrazo y ya
aprovecho para desearos ¡Feliz Año Nuevo 2016!
Gracias Mamalacta por esta información. Es muy completa. Mi parto no fue muy mal, lo malo fue el despertar... una enfermera que me juzgó de madre primeriza dejó a mi hija casi al borde de la muerte. Espero poder disfrutar de mi próxima maternidad, cuando llegue. Saludos.
ResponderEliminarGracias por tu comentario. Siento mucho tu mala experiencia. Por lo general tenemos unos profesionales sanitarios muy buenos pero siempre hay excepciones. Deseo que cuando llegue tu próxima maternidad puedas disfrutarla en su totalidad. Un abrazo.
Eliminar