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domingo, 3 de enero de 2016

Elaboración de un Plan de Parto


Nunca había oído hablar de este documento hasta que una profesora en la asignatura de enfermería maternal nos habló de él. Desde entonces sea por una cosa o por otra no he dejado de oírlo.Cuando me quedé embarazada ya tenía muy claro que iba a confeccionar un plan de parto para que mis preferencias y deseos fueran respetados en el nacimiento de mi hijo.

La verdad es que pensándolo bien creo que tiene dos caras, una buena y una mala. La “buena” es que creo que es muy útil que la mujer tenga un guión de lo que quiere en su parto según las circunstancias en las que se desarrolle el nacimiento de su hijo, que le aporte seguridad y tranquilidad. Y la cara “mala” es que no debería de haber diferencia entre hacer un plan de parto y no hacerlo. Me explico, en muchos sitios si no haces el plan de parto, los profesionales no se ven “tan obligados” a cumplir con tus preferencias o a informarte de cada paso que sucede en TU parto. Parece mentira pero esta última situación se da con mucha más frecuencia de lo que pensamos, pero como esta normalizada pues nos pasa desapercibida.
Por todo ello el Plan de Parto es un documento que toda mujer embarazada debería conocer para así poder ser la protagonista del nacimiento de su bebé y no una mera espectadora.
Hay muchos tipos de planes de parto, aquí vamos a comentar los puntos más importantes que debe contener. Dividiremos en varios apartados para así poder profundizar en cada uno de ellos.


Periodo de dilatación

Una buena idea para comenzar es dejar claro quién queremos que nos acompañe durante el proceso y también si hubiera alguien por quién no quisiéramos estar acompañadas.


Otro punto importante del que podemos informar es si tenemos alguna necesidad especial cultural o del idioma.

En este apartado podemos dejar por escrito si usaremos nuestra ropa o la proporcionada por el hospital.

Otro tema muy importante es la intimidad. En los partos se da por hecho que se salvaguarda la intimidad de la madre pero es importante también dejarlo por escrito y pedir que sólo estén las personas necesarias para así asegurar la tranquilidad de la mujer que va a dar a luz.

Podemos continuar la redacción de nuestro plan de parto plasmando las preferencias en cuanto a la asistencia sanitaria (que nos atienda la misma persona en la medida de lo posible), si queremos enema o no (no se aconseja), si queremos rasurado de la zona antes del parto (desaconsejado), si consentimos una vía venosa, si deseamos tomar líquidos durante el periodo de dilatación (y si no podemos que se nos explique el porqué).

También aquí dejaremos por escrito el lugar y la postura en la que deseamos parir, que se nos permita la movilización y la deambulación.

Otro punto muy importante es el manejo del dolor, si queremos analgesia epidural o no, si queremos fármacos intravenosos o no, si deseamos métodos alternativos de control del dolor (duchas o bañera de gua caliente, música, masajes, inyecciones de agua estéril …). Podemos también pedir material adicional como espejos, pelotas, cuerdas (sujetos a la disponibilidad de cada centro, también podemos traerlos nosotras de casa).

Concerniente a las intervenciones en el parto debemos reflejar si queremos monitorización fetal externa o interna, si consentimos tactos vaginales (se deben realizar los menos posibles), si aceptamos fármacos para acelerar el proceso de parto, si queremos una vía venosa, si consentimos sondaje vesical (desaconsejado, sólo restringido a necesidad médica) y por último si aceptamos la amniorrexis o rotura artificial de membranas (rotura de la bolsa amniótica, no aconsejado a no ser que existan causas médicas).


Periodo expulsivo y de alumbramiento

Este periodo es crucial y debe estar todo perfectamente detallado.


Una de las cosas más importantes que creo que debemos recordar al personal sanitario es que queremos evitar la episiotomía y que en caso de que sea necesaria nos pidan consentimiento o mínimo que se nos informe. Os recuerdo que para ayudar a la distensión del periné hay técnicas no invasivas como la colocación de paños calientes o respetar tiempos fisiológicos del parto si no hay urgencia médica.


También dejaremos constancia que nos opondremos a la maniobra Kristeller en todas sus versiones, que consiste en empujar externamente sobre el fondo uterino para “ayudar” a la salida del bebé y que es totalmente contraproducente (la OMS prohibe su uso) y aunque parezca mentira es una práctica que se sigue llevando a cabo (en mis prácticas la dispensaban como churros).


Aquí especificaremos nuestras preferencias del piel con piel, minimizar separación del binomio mamá – bebé (separación sólo por causas médicas justificadas), también si consentimos el aspirado y/o sondajes en nuestro bebé nada más nacer (totalmente desaconsejado salvo excepciones).


Expondremos en este punto si también queremos que se posponga el peso y medida del bebé, si queremos pinzamiento tardío del cordón (no es viable si queremos conservar la sangre del cordón) o si pretendemos guardarlo para donar, si queremos que nuestro acompañante corte el cordón, etc.


Reflejaremos también si deseamos lactancia materna o no, en el primer caso es conveniente que se inicie precozmente y sin interferencias.


Por último es conveniente dejar claro si queremos un alumbramiento fisiológico en el que sea nuestro cuerpo el que expulse la placenta cuando sea el momento o si por el contrario consentimos el uso de fármacos y masajes para ayudar a su expulsión (alumbramiento dirigido).


Cuidados al recién nacido y puerperio materno

Actualmente se tiende a separar lo menos posible a madre y bebé pero no está demás dejar por escrito que deseamos no ser separados de nuestro bebé. Podemos además pedir que todas las técnicas o procedimientos que haya que realizarle a nuestro hijo se hagan encima nuestro para así reconfortar al bebé.


Muy importante también en este punto aclarar nuestra postura en cuanto a si consentimos que se le
ponga al bebé la primera dosis de la vacuna de la hepatitis B (VHB), si consentimos la profilaxis antihemorrágica con una inyección de vitamina K o de forma oral y si aceptamos la profilaxis ocular (todo lo anterior es altamente recomendado).


En cuanto a la higiene del bebé, conviene recordar que no es prioritario bañarle y que conviene dejarle al menos 24 su vérnix caseosa (la grasita blanca con la que nacen) ya que les aporta protección (hidrata y es antibacteriano). Aquí reflejaremos nuestros deseos en cuanto a si queremos que le bañe el personal sanitario, nosotros, etc.


Por último indicaremos nuestras preferencias en cuanto a nuestra estancia en la maternidad con nuestro bebé una vez que hayamos dado a luz. Podremos demandar realizar piel con piel, colecho, informar de nuestra preferencia con respecto a la lactancia (materna o artificial) etc. También si la situación de salud de nuestro bebé y la nuestra lo permiten podremos solicitar el alta precoz.


Parto por cesárea

En caso de parto con cesárea conviene, aparte de lo anteriormente citado, dejar claros nuestros deseos dentro de las posibilidades de la situación:


Quién queremos que nos acompañe durante la cirugía (en la mayoría de los hospitales no dejan
acompañantes pero se está convirtiendo en una práctica cada vez más extendida, mejor informarse en el propio hospital o clínica).


En cuanto a la decisión de la anestesia, la anestesia epidural consigue que la madre pueda ser más partícipe de su parto, tiene menos riesgos y tanto para la recuperación de la madre como para el bebé es mejor. Si no hubiera alternativa la anestesia será general.


También conviene recordar que queremos ver en la medida de lo posible el nacimiento de nuestro hijo (las que no sean aprensivas, claro) y que nos lo coloquen lo más rápidamente sobre nosotras al bebé facilitando así el piel con piel y la lactancia materna en caso de haberla elegido.




Los puntos anteriormente desarrollados son los que en un plan de parto no deben faltar para así informar a nuestro equipo médico de nuestros deseos y preferencias.

Cada uno de los puntos anteriores debemos pensarlos y repensarlos nosotras y junto a nuestras parejas para expresar así cómo queremos que venga nuestro bebé al mundo. Ni que decir tiene que cada mujer es libre de pensar como piense y que la única función que tiene este documento es que se respeten sus decisiones.


Por otro lado hay que ser conscientes de que un plan de parto es una guía a la que los profesionales sanitarios deben de ceñirse pero que en ocasiones, la evolución de un parto no atiende a la normalidad y por tanto hay que llevar a cabo acciones médicas que en un principio podrían ser contrarias a nuestros deseos expresados en dicho documento, pero que son necesarias para salvaguardar la salud y seguridad de nuestro bebé y la nuestra.


Como último apunte saber que se recomienda encabezar el plan de parto con nuestros datos personales y con los de nuestra pareja y que siempre es bienvenida una introducción al hospital donde vamos a dar a luz de porqué les hemos elegido para traer nuestro hijo al mundo y qué esperamos de ellos.


Dicho todo lo anterior, espero que el post haya sido de utilidad y que os ofrezca un guión para poder elaborar el vuestro. Os dejo el modelo del Plan de Parto que proporciona el Ministerio de Sanidad que si bien es muy sencillo proporciona un modelo para poder confeccionar el nuestro más personalizado. Próximamente subiré el mío para que tengáis un modelo real.


Un abrazo y ya aprovecho para desearos ¡Feliz Año Nuevo 2016!

2 comentarios:

  1. Gracias Mamalacta por esta información. Es muy completa. Mi parto no fue muy mal, lo malo fue el despertar... una enfermera que me juzgó de madre primeriza dejó a mi hija casi al borde de la muerte. Espero poder disfrutar de mi próxima maternidad, cuando llegue. Saludos.

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    1. Gracias por tu comentario. Siento mucho tu mala experiencia. Por lo general tenemos unos profesionales sanitarios muy buenos pero siempre hay excepciones. Deseo que cuando llegue tu próxima maternidad puedas disfrutarla en su totalidad. Un abrazo.

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